Los artrópodos, entre ellos los insectos, tienen exoesqueleto. Es decir, no tienen esqueleto interno como nosotros, y al estar por fuera y ser rígido los protege, pero también impide su crecimiento. Sin embargo, estos animales no siempre tienen el mismo tamaño. ¿Cómo lo hacen? Pues tienen que librarse del esqueleto que les limita y, durante un breve período de tiempo, estos animales son blanditos y vulnerables. Es ese el tiempo que tienen para crecer.
Poco después de mudar, un nuevo esqueleto se hace rígido en su superficie y ya no podrán crecer hasta la nueva muda.
Imaginemos ahora un insecto del tamaño de una persona, o de un caballo. Sería aterrador, sí, pero cuando mudara y se quedara sin esqueleto, su propio peso corporal haría que se desplomara y todos sus órganos quedarían aplastados. No podría sobrevivir, lo cual, imagino que para la mayoría de personas sería un alivio.
Este, sin embargo, no es el único motivo que limita el tamaño de los insectos. ¿Se te ocurren otros?