El origen del término siamés se remonta a principios del siglo XIX. Fue en 1811 alrededor de la actual Tailandia, por aquel entonces conocida como región de Siam, donde nacieron dos hermanos atados por el pecho cuya asombrosa historia dejó perplejo al mundo y creó la raíz del vocablo. Sus vidas fueron tan fascinantes que hasta Xoel López y Félix Arias les dedicaron, en su proyecto Lovely Luna, una canción.
Su increíble historia comienza cuando Chang y Eng, nombre de los protagonistas, se encontraban nadando en el río Chao Phraya una noche de 1824. En aquel instante, Robert Hunter, un comerciante británico que estaba a bordo de un buque pesquero, los divisó en la penumbra confundiéndolos con un animal exótico. Al acercarse comprobó su error pero olisqueó en aquellos dos hermanos unidos por el esternón un negocio lucrativo. Los gemelos fueron vendidos rápidamente por sus padres y Hunter los sacó del país rumbo a Estados Unidos.
Una vez en EEUU pasaron unos cinco años recorriendo el territorio como atracción de feria; los Gemelos Siameses se hacían llamar (haciendo alusión a su procedencia, Siam). No se les consideraba esclavos pues habían firmado un contrato, pero en la práctica los tenían como tales.
Tras varios años de gira y tras finalizar el acuerdo que los unía a Hunter se emanciparon. Los hermanos eran astutos y decidieron continuar durante un tiempo los espectáculos de feria. Incluso se diversificaron incluyendo nuevas atracciones en las que vendían sus servicios para acudir como contertulios de pago a reuniones privadas. Pero todo aquello lo hacían ya por cuenta propia. Tras años realizando estas actividades, consiguieron amasar una gran cantidad de dinero.
Cambiaron entonces su apellido a uno más inglés, Bunker, y con su boyante patrimonio se retiraron. Compraron un gran terreno en Carolina del Norte en el que comenzaron una plantación. Aún habiendo sufrido la explotación en sus propias carnes, no les tembló el pulso a la hora de adquirir esclavos que trabajaran sus tierras. Todo esto les hizo aún más ricos y personajes muy integrados e influyentes en su comunidad. Con ello, las puertas a la nacionalidad estadounidense quedaron abiertas, un hito casi imposible por aquel entonces.
Consiguieron amasar una fortuna y ser considerados personajes influyentes en la comunidad lo que les abrió las puertas a la nacionalidad norteamericana.
Ambos se casaron a los 30 años con dos mujeres blancas, algo también impensable e inaudito en la época pues los matrimonios interraciales estaban prohibidos. Lo hicieron con dos hermanas, Sarah y Adelaide Yates. Para solucionar las complicaciones de la convivencia se compraron dos casas una muy cerca a la otra. Acordaron pasar tres días en cada una para, de esa forma, disfrutar cada hermano un poco de su familia. Lo que se desconoce aún es cómo hacían con las relaciones sexuales pues tuvieron, entre ambos, 22 descendientes (12 uno y 10 el otro). Un asunto complicado ya que no debemos olvidar que el Estados Unidos del siglo XIX era una sociedad muy puritana.
El final de ambos se empezó a gestar el día que Chang comenzó a beber. Aunque Eng insistía en persuadirlo, poco pudo hacer con la adicción de su hermano. Esto los llevó incluso a encamarse una temporada por la débil salud de Chang. Eng, sano, debía siempre permanecer a su lado. Trazaron entonces un plan a seguir en caso que uno falleciera; el superviviente sería operado de emergencia para separar su cuerpo.
Todos sabían que la adicción de Chang le haría fallecer antes y así sucedió. Un día amaneció muerto junto a su gemelo. Eng, al ver a su hermano difunto junto a su lado se arrepintió de la decisión de separarse y prefirió morir junto a él como habían hecho con todo en sus vidas.
Los gemelos Chang y Eng serán recordados siempre por el nombre que dieron a su condición. Dos siameses que no se arrugaron y que con astucia y arrojo consiguieron sobreponerse a aquellos que los miraban como infrahumanos. Dos gemelos que se elevaron por encima del desprecio ajeno para conseguir desde lo más profunda de la discriminación humana mucho más que otros hombres y mujeres de la época. Nunca sabremos cómo habría sido la vida de ambos si hubieran nacido separados. Podemos imaginar realidades paralelas, pero sin duda, ninguna llegaría a la altura de la sorprendente existencia que juntos vivieron.
¿Por qué se llaman ‘siameses’ los gemelos que nacen unidos? (20minutos.es)
La historia de los gemelos siameses que se casaron con dos hermanas y tuvieron 21 hijos | El Correo