Las semillas del nuevo mundo

La historia de la humanidad está plagada de acontecimientos intencionados o fortuitos que trajeron consigo fuertes cambios estructurales. Sucesos abruptos o que pasaron inadvertidos en su día que modificaron fuertemente a la sociedad que los vio nacer. Pero de entre todos estos cambios los que acontecieron en los últimos cincuenta años del siglo XV son sin duda unos de los más importantes de la historia. Con ellos dejamos atrás la edad media para adentrarnos en un mundo moderno cuyas consecuencias aún siguen presentes en nuestra vida.

Solemos percibir la historia como un flujo continuo pero la realidad es que esta suele avanzar a saltos. Nuevos descubrimientos, cruentas guerras o simples incidentes fortuitos son sólo algunos de los desencadenantes que dejan atrás una era para brincar hacia un futuro desconocido. La peste que asoló Atenas durante la guerra del Peloponeso y más tarde el imparable avance de Alejandro Magno acabaron con el modelo social de democracia durante varios siglos. La caída de Cartago trajo la pax y las leyes romanas al mundo. El asesinato de una familia en Damasco generó las bases que años más tarde cimentaría el floreciente reino de Al-Andalus. Estos son sólo algunos de los miles de ejemplos históricos que actuaron de revulsivo para la sociedad donde acontecieron.

Sin embargo, los saltos históricos nunca se producen por hechos exclusivos. Suelen ser un cúmulo de circunstancias, de nuevas ideas, movimientos sociales o de todos ellos a la vez los que proveen la energía suficiente para avanzar hacia el cambio. Ocurre que gracias a la suma de pequeñas variables la metamorfosis se torna inevitable. Sucesos que, bien por azar o bien por la influencia de unos sobre otros, aparecen juntos a escala histórica para abrir un nuevo mundo.

Dentro de esta categoría de episodios que marcaron la humanidad se encuentra sin duda el último decalustro de mediados del siglo XV. En tan solo 50 años se atropellaron un importante número de acontecimientos que golpearon fuertemente las bases del sistema establecido. Aquí comenzaron a plantarse las primeras semillas de un mundo que siglos después desencadenaría una fuerte revolución estructural y social. 

La caída del último reducto de Oriente

Pixabay – slh_altuntas

Uno de los gérmenes que sobrevino aconteció en lo que hoy conocemos como Estambul a mediados del siglo XV. Bizancio, como se conocía por aquel entonces la ciudad, cayó bajo el avance imparable de una potencia venida del Este. El último reducto romano de oriente no pudo soportar el implacable avance del imperio Otomano. Un hecho trascendente que trajo consigo dos consecuencias sustanciales. 

Por un lado, de golpe y porrazo los Ismaelitas cortaron el tránsito en la ruta de la seda. Esto obligó a gobiernos y mercaderes Europeos a centrarse en un desarrollo naval que les permitiera continuar comerciando vía marítima con Oriente. Inconscientemente se produjo un salto innovador en los navíos que más tarde ayudaría a cimentar el cambio que asomaba. 

Por otro lado, un número ingente de eruditos del caído imperio Bizantino se vieron obligados a huir ante la amenaza Otomana. Esta migración llevaba bajo el brazo una de las armas más importantes para el cambio, el conocimiento. Los bizantinos emigraron con sus libros llenos de reflexiones, arquitectura e ideas clásicas de Grecia y Roma hacia los diferentes estados italianos. Este movimiento, insignificante en sus inicios, fue una auténtica disrupción en el mundo europeo. Se redescubrieron ideas olvidadas de los filósofos griegos y romanos. El hombre desplazó a Dios como el centro de todo.

Pixabay – Lisy_

Ambos sucesos constituirían las semillas que enraizarían más adelante para engendrar el humanismo renacentista y la ciencia.

La democratización de las ideas

 Además de la caída del imperio romano de Oriente y sus consecuencias, otro de los sucesos destacables en aquel siglo y que sin duda contribuyó a ahondar en el cambio fue la invención de la imprenta por parte Gutenberg. 

Este desarrollo llegó al mundo para dinamitarlo desde sus bases. La democratización de las ideas estaba en marcha y la nobleza o el clero no podían contenerla. La difusión de los textos clásicos llegados de Bizancio o de las nuevas ideas protestantes de autores como Lutero o Calvino eran imparables. 

La imprenta terminó con los escribas eruditos que copiaban textos minuciosamente escogidos. De repente las ideas eran replicables desde cualquier lugar, sin censura y sin alineamiento ninguno. La imprenta puede ser uno de los inventos que más impacto trajo al mundo. Una idea que encendió su pólvora en este siglo para jamás volver a apagarse.

La llegada a un mundo desconocido

El último de los grandes sucesos que emergió en esta época fue sin duda la llegada a América por parte de los Europeos. Aquel suceso, y aunque aún en el propio siglo de arribo no se supo la magnitud de tal hazaña, fue sin duda lo que terminó de encaminarnos hacia el mundo en que hoy vivimos. Esa aparición en un nuevo escenario lleno de recursos fue la última llama que abrió las puertas de un nuevo escenario. Esta irrupción generó una codicia desmesurada que trajo consigo nuevas empresas navales, bienes casi ilimitados, inversiones codiciosas y el caldo necesario para lo que más tarde llevaría a la revolución industrial (léase “La Revolución Pirata”).

Pixabay – Darkmoon_Art

Aún se desconoce por qué en tan poco tiempo se desencadenaron tantos hechos de importancia. Quizás fue puro azar o tal vez el desarrollo humano es imparable y tarde o temprano llega a nuestra historia. No lo sabemos ni seguramente lleguemos a comprenderlo nunca. Lo único que conocemos con seguridad es que en este punto de la historia se inició el primer impulso que dejaría atrás un sistema arcaico para mirar hacia un futuro renovado. Fueron tan solo cincuenta años los necesarios para crear el futuro de la humanidad moderna. Cincuenta años que se atropellaron para conseguir que nuestro mundo nunca volviera a ser el mismo.

Deja un comentario

¿Te gusta Escribir?

Puedes publicar con nosotros, La Bulla la hacemos juntos

Escríbenos para divulgar tus publicaciones, imágenes o cualquier otra idea que te gustaría construir juntos