Se ha visto que el comer vegetariano o vegano es uno de los grandes avances posibles hacia la reducción de emisiones y reducción de problemas ambientales en general, pero no vamos a decir que vayamos hasta ahí. Al menos no para quienes no están preparados. Lo que sí se puede sugerir es reducir el consumo. Además, cómo se suele decir, idealmente consumir productos producidos a pequeña escala, de cercanía y temporada, y frescos mejor que congelados (menor impacto energético). Pero vamos más al detalle.

En nuestros mares hay un grave problema de pesca ilegal, pesca no reportada, e incluso pesca no regulada. Hay grandes instituciones a nivel internacional intentando empujar el carro hacia un control pesquero más completo. En Europa, dentro de lo que cabe, hay avances que permiten pensar que aquello que nos llevamos a la boca no daña los mares. Sin embargo, no siempre se puede asegurar, y hay muchas maneras en las que se engañan a los clientes. De momento, como consumidor, lo único que sugerimos es fiarnos de las certificaciones al respecto, que son un porcentaje menor de todo lo que se consume, pero va en aumento.
En nuestros mares hay un grave problema de pesca ilegal, pesca no reportada, e incluso pesca no regulada.
Una vez que sabemos que la pesca es legal y certificada, por ejemplo por MSC, la información de sus capturas se puede usar para modelos pesqueros, intentando así que comer pescado sea sostenible. Sin embargo, hay más cosas que tener en cuenta. Por ejemplo, podemos considerar qué pescado consumir. En una cadena trófica tenemos animales que se alimentan de otros: herbívoros, carnívoros, depredadores tope, etc. Pensemos por ejemplo en anchoas que son comida de jureles, que a su vez son comida de atunes, peces espada, etc. En nuestras culturas siempre, o casi siempre, se da preferencia gastronómica a los grandes depredadores, pero son de los que menos hay. Además, a medida que se van alimentando unos de otros, la energía se transforma, y si de anchoas había 1000 kg, los jureles que se las coman podrán llegar a los 100 kg, y los atunes podrían llegar a los 10 kg.

Por tanto, tenemos pescas certificadas, en las que idealmente deberíamos favorecer alimentarnos de lo que más hay, es decir, en el ejemplo anterior, anchoas. ¿Por qué? Porque tenemos mucho más disponible en el mar, se regeneran muchísimo más rápido que los otros bancos de peces, y de hecho, son más sanos. Por tanto, es más recomendable comer lo más bajo en la cadena trófica, sardinas que un filete de pez espada.
¿Qué ocurre con lo que viene de acuicultura? Aquí encontramos una industria que se desarrolla rápido, pero que no deja de necesitar insumos, y por tanto hay que mirar qué aportes requiere. Aunque se está reduciendo, una práctica común era alimentar peces en piscifactorías con pescados del mar. ¿Es esto sostenible? No, porque tenemos pérdidas energéticas como las vistas antes. Lo que normalmente se hace es generar pellets, como los del pienso animal, hecho a partir de pescados y restos de pescados. En Chile, por ejemplo, hay pesquerías enteras, multimillonarias, dedicadas exclusivamente a pescar anchoveta, sardina, jurel, etc., para hacer harinas con las que alimentar peces en jaulas. Como decimos, esta práctica se está reduciendo, y se está introduciendo proteína vegetal para alimentar el pescado. Una de ellas es la soja, que causa deforestaciones en Sudamérica.
¿Entonces, cuál es el consejo con las piscifactorías? Alimentarnos de esos animales que no necesitan que pesquen o que les hagan pienso a base de proteína vegetal. Por ejemplo, moluscos como los mejillones o almejas, que tienen un impacto visual enorme con las bateas en el mar, pero son mucho más sostenibles. Hay muchos estudios sobre otros impactos que tienen estos cultivos, por supuesto, pero ecológicamente tiene más sentido. Esto es sin mencionar siquiera las concentraciones de excrementos, antibióticos, etc., que suponen las piscifactorías, terribles para el ambiente.

Nos podemos informar online de cómo se capturan nuestros pescados favoritos. La herramienta más poderosa es el saber.
Podríamos hablar también de las artes con que se pesca. Todos sabemos que la pesca de arrastre de fondo es horrible. Y si alguien no lo sabe, solo tiene que interesarse un poco por ello. ¿Qué se pesca con arrastre de fondo? Pues sí, esas gambas que tanto gustan en España. Por cierto, las gambas que vienen de cultivos en países en desarrollo tienen sus problemas gravísimos asociados. Pero como consumidor, el consejo es informarnos de cómo se pesca. Nos podemos informar online de cómo se capturan nuestros pescados favoritos. Hay mucha información donde perderse sobre impactos en el medio ambiente, otras especies que se capturan sin querer, etc etc. La herramienta más poderosa es el saber.
Hay muchos factores a tener en cuenta, y puede ser demasiado para muchos. Quizás piensas que no cambia nada si lo haces tú solamente, sin el apoyo grupal. Pero lo cierto es que hay mucha presión para que nada cambie en el mundo, y sólo alguna minoría se toma estas cosas en serio. Quizás crees que el problema es que las empresas no hacen lo suficiente y como consumidor tienes poco poder. Y tendrías razón, pero hay muchas organizaciones presionando para que esto cambie. Ahí sí que hace falta apoyo social. Lo único que podemos recomendar es integrar todo lo posible en los hábitos normales a la hora de comprar. Si no puedes con todos, incorpora lo que puedas. ¿Se te ocurren ideas que me haya dejado en el tintero y que puedan ser de ayuda para otros consumidores?