En nuestro imaginario asociamos una epidemia a una sintomatología clara que puede variar entre tos, pústulas, o incluso vómitos, diarreas o fiebre. Sin embargo, esto no siempre fue así y buena cuenta de ello dieron los habitantes de Estrasburgo hacia el año 1518.
Nos encontramos en lo que hoy en día sería Francia, una región que por aquel siglo XVI pertenecía al Sacro Imperio Romano Germánico. Era una mañana cualquiera de un estival día de Julio. Todo era normal por el tranquilo lugar del imperio cuando de repente, sin motivo aparente, en una de sus calles comenzó a bailar una mujer. Se movía sin motivo aparente, de forma desenfrenada, como en trance, ante la atónita expectación de sus vecinos. Esta mujer se llamaba Frau Troffea y nadie supo entonces que se trataría de la paciente cero.
Troffea bailó sin parar durante todo el día sin detener su danza un segundo. Esta coreografía la mantuvo durante los siguientes tres días y tres noches hasta que no pudo más y cayó de agotamiento. La pequeña localidad no salía de su asombro pero no tuvo tiempo de investigar el asunto pues a la semana del extraño suceso, una treintena de personas más comenzaron a bailar descontroladamente imitando a Troffea. Al mes ya eran más de 400 hombres y mujeres los que no podían controlar sus movimientos.

Las autoridades, como pasó recientemente en el siglo XXI, se vieron sobrepasadas por los hechos y decidieron tomar cartas en el asunto. Al igual que ahora, los gobernantes de entonces, improvisaron medidas un tanto inusuales. A diferencia de otros momentos de la historia donde la cuarentena se volvía obligatoria para estos casos, y debido a la extraña sintomatología, los líderes decidieron habilitar un escenario para los afectados. Pero esto no fue todo, además de un lugar para bailar sin ser interrumpidos, se acompañó a los danzantes con música en directo para que estos pudieran bailar a gusto.
Como es de prever la insólita solución no sólo no ayudó a solucionar el problema sino que lo agravó. Más y más vecinos iban uniéndose al baile terminando, en casi todos los casos, muriendo de ataques al corazón, derrames cerebrales o simplemente por agotamiento.
Aún hoy no se sabe qué pudo generar esta epidemia pero existen algunas teorías al respecto. El historiador John C. Walker defiende en su libro A time to dance, a time to die: the extraordinary story of the dancing plague of 1518 publicado en 2008, que la enfermedad se debió a la gran hambruna a la que estuvieron expuestos los habitantes de Estrasburgo. Esta teoría defiende que el hambre pudo haberles producido unas altas fiebres que llevaría a los habitantes de Estrasburgo a moverse desenfrenadamente sin control hasta la muerte.
Otra segunda teoría, que confieso es la que más me convence, apunta a una intoxicación alimentaria por una sustancia parecida a otra que el mundo conocería más tarde en el siglo XX, el LSD. Y es que esta teoría defiende que una posible contaminación del trigo por el hongo del cornezuelo pudo haber sintetizado una sustancia llamada ergotamina que es estructuralmente muy parecida al LSD. El consumo de esta sustancia habría metido a aquellas personas en un trance extremo que los llevó sin remedio hasta la muerte. La presencia de este hongo en la historia no es nueva pues su principal producto se asocia a otros sucesos históricos enigmáticos como el de las brujas de Salem.
La última de las teorías que pretenden explicar este increíble suceso viene de parte de la psicología. Esta defiende que lo sucedido se produjo por lo que se conoce como MPI o histeria colectiva y su fuerte efecto nocebo (efecto contrario al placebo). Existen algunos sucesos históricos que pueden corroborar por imitación esta teoría.
Como vemos, aún no se ha clarificado las causas de esta extraña epidemia. Aunque existen importantes registros que la documentaron, aún hay incógnitas a su alrededor sin resolver. Así que cuidado, cuando veas a alguien bailar en la calle, ¡aléjate, puede ser contagioso! O quizás no, mejor acércate, total, de algo hay que morir y que mejor que hacerlo bailando.
La terrible ‘epidemia de baile’ que mató a decenas de personas en 1518 (elconfidencial.com)