Las hienas moteadas viven un sistema matriarcal en el que las hembras dominan todos los aspectos de la sociedad. Ellas son más grandes y más agresivas que los machos, y gracias a eso suelen tener mejor estatus y alimentarse mejor. Curiosamente, esto se debe a que durante el embarazo, el nivel de testosterona al que se exponen las hembras es mayor que el de los machos, y se mantiene más elevado en sangre durante toda su vida.
Esto tiene unas consecuencias adicionales muy excepcionales. Gracias a la testosterona, las hembras hiperdesarrollan sus órganos genitales, llegando a aparentar que tienen un pene muy similar al de los machos. Sin embargo, se trata de una elongación del clítoris, y los labios vaginales se unen formando lo que puede parecer un escroto. Curioso, ¿no? Pues las sorpresas no terminan aquí . El parto de las hienas sucede a través de este pseudopene. Imaginad una cría de aproximadamente uno a dos kilos saliendo por un conducto muy estrecho. ¿Qué puede salir mal? Pues todo. El 60% (¡el 60!) de las crías mueren en el parto por asfixia debido al tiempo necesario para pasar por este conducto. Pero además, muchas hembras fallecerán también en el proceso debido a los desgarros que conlleva.
La reproducción es muy peculiar y con muchas desventajas, muy obvias, para las hembras. No obstante, a nivel evolutivo parece que les ha servido para afirmar su superioridad sobre los machos, y les funciona así. ¿Sabes más curiosidades de la reproducción de las hienas? ¿Quieres saberlas?